Para mí su cara más bonita, desde este lateral el castillo nos ofrece su estructura tal y como la dispusieron los templarios. Con la torre del homenaje en el centro (dicen que era más alta) a la derecha la capilla, casi sin ornamentos según el gusto cisterciense y dispuesta como una torre defensiva más. También aparece la torre de Jaime I, donde se cree que estuvieron sus aposentos. Hacia la izquierda aparecen la sala Capitular y y el torreón de las Dependencias. No es dificil, desde esta perspectiva, situarlo en algún cerro de Tierra Santa.
Justo detrás del altar de la capilla (creo recordar que era justamente ahí) existe una escalera, un túnel escarbado bajo la montaña que lleva fuera de las murallas. ¿Qué castillo que se precie no tiene una salida de emergencia?. Soy uno (me gusta pensar que de los pocos) que huyó por ahí, aun sin que nos persiguiera nadie y con la luz de un mechero, salimos del castillo por su puerta de evacuación. Si fuera una construcción moderna, estaría bien señalizado con un cartel verde reflectante, con un monigote dibujado que abre una puerta perseguido por el fuego. Tendría, además, una apertura antipánico. Claro que entonces no estaría escondida detras del altar. Los tiempos cambian. Ya no se utiliza para huir de asaltantes, ni para enviar un mensaje de ayuda al aliado, ni siquiera es necesaria para escapar del fuego. Será por eso que en nuestra última visita la encontramos cerrada. Una lástima, por lo menos ofrecía un bonito rato de aventura.