Pasamos por Fermoselle, nuestra idea era continuar hasta el río Duero y detenernos sobre el puente que cruza a Portugal, quizá allí hubiésemos encontrado un curioso paisaje desde donde sacar fotos y recordar también "el sermón de los peces" que el viajero Saramago pronuncia al comienzo de su "Viaje a Portugal".
"Venid acá, peces, vosotros, los de la margen derecha, que estáis en el río Douro, y vosotros, los de la margen izquierda, que estáis en el río Duero, venid acá todos y decidme cuál es la lengua en que habláis cuando ahí abajo cruzáis las acuáticas aduanas, y si también ahí tenéis pasaportes y sellos para entrar y salir..."
Debido a la lluvia, que impedía reconocer cualquier horizonte en condiciones, decidimos parar en el pueblo y dirigirnos, paraguas en mano, hacia la Casa del Parque, centro de interpretación del parque natural, donde nos dieron toda clase de información de la zona. Era su primer día de trabajo de la temporada. Me gustó especialmente la exposición de fotografías de Ángel Araújo.
Entre las rutas descritas figuraba la del Mirador de las Escaleras o Caseta de los Carabineros. Dejaríamos el coche en la Ermita de Santa Cruz (con restos Visigodos y Romanos) para continuar el camino por un sendero bien despejado. Hacia allí nos fuimos en un descuido del temporal, sospechando que podría descubrirnos en cualquier momento y en mitad del monte, pero no quisimos dejar pasar la oportunidad de asomarnos al Duero en esta parte de su recorrido. El tiempo que paramos allí fue muy breve, la caseta es un montón de ruinas sin techo, desde donde, no hace tanto, se vigilaba el contrabando procedente de Portugal. La vista a los ojos del turista es fantástica. No monté el trípode, soplaba demasiado viento.
Si te fijas bien, en la foto asoma la tormenta que nos alcanzó antes de llegar al coche. No nos importó mojarnos.
"No sólo llueve sobre los campos, también sobre esa otra tierra fértil que son las soledades camperas. Porque es ahora cuando menos otros encontraremos a la intenperie. Aunque con precaución, a la Naturaleza hay que conocerla con inclemencias y en la lejanía de lo seguro y masivo."
Joaquín Araújo
Vaya si tenía que haber llovido para estar las aguas del Duero tan revueltas con color a arroyo de depuradora.
ResponderEliminarQué buenos son los paseos bajo la lluvia sin paraguas. Gran párrafo de Joaquín Araújo. Me quedo extrañado cuando la gente se medio escandaliza porque vayas mojándote por ahí. Como dicen en Dinamarca: ¿Acaso eres de azúcar?
Por cierto, las fotos son de su hermano, Ángel Araújo, como comentan en esta noticia:
http://www.nortecastilla.es/20100128/zamora/joaquin-araujo-inaugura-charla-20100128.html
Un saludo. Ah, y decir que me gustan las fotos, sobre todo las panorámicas, por lo que he podido ver así por encima.
Te agradezco el dato, Mara. Sabía que eran fotos del hermano de Joaquín, pero me apunté mal su nombre. Ahora lo cambio.
ResponderEliminarGracias por pasar.
Una preciosa panorámica, con un azul cielo intenso, contrastando con los verdes.
ResponderEliminarEn la dificultad es dónde realmente se conoce a la gente, cuando todo marcha bien...es sencillo
Qué bien escoges las frases, Roberto
Besos
De nada, Roberto, era lo de menos. Y, por si no ha quedado claro, las fotos a las que me refería son las de este blog, no la de la exposición, que espero ver esta semana (creo que es la última que está).
ResponderEliminarSigo impresionado con la foto de la cabecera. Cómo baja el Duero. Y eso que ese tramo que aparece (antes de la presa de Bemposta, el pueblo que se ve al fondo) puede tener una profundidad de 50 metros, que no es poca agua.
Un saludo y que te vaya bien en esos viajes. Me estás picando a imitarte.
Preciosa esa tormenta sobre el río amarillo que imagino repleto de agua. Cuando pasé por allí, hace ya bastantes años, los embalses también estaban a tope. Un abrazo.
ResponderEliminarYo también me he quedado con el color del agua... mucho ha llovido, bienvenida sea...
ResponderEliminarLlenos de entusiasmo por poder dejarnos mojar de agua que purifica y limpia más allá de lo tangible...
Me gustó eso de "si somos de azúcar" jajajaja... no nos derretimos no :))
El río como venas de la tierra, agua, su necesidad vital, al igual que la sangre lo es para nosotros... interdependencia dibujada en todo... hermosa (Fermoselle) panorámica... no he podido yo hacer eso con las mías, ya aprenderé :)
y como no, la elección musical excelente... me ha acompañado en tu paseo y reflexiones...
Un abrazo
Siento que la grandeza de la Naturaleza.
ResponderEliminarMuchas gracias por los maravillosos paisajes.
Desde el Lejano Oriente.
Saludos cordiales.
ruma
¡¡Pero cómo venía el Duero eh!! anda que no ha tenido que caer para que esté así... una imagen fantástica... es lo que tienen los miradores que nos dejan con la boca abierta. Y la lluvia... ¿a quién le importa mojarse ante tanta belleza? ;-)
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