Me preguntaba el motivo por el cual, cada vez que visito esta ciudad, (voy por trabajo y dispongo de poco tiempo libre) no puedo dejar de pasarme por su bahía o algún punto de su costa (como si no tuviera Santander otra cosa que ofrecerme).
Lo fácil era pensar que viviendo lejos del mar, quisiera ver algo distinto de lo que para mí es habitual. Esa era la respuesta fácil. Pero debía de haber algún otro motivo de mayor peso por el que, sin planearlo, me lleva (como un zombi) a asomarme frente a su costa.
Si fuera por ver algo "diferente", llegaría el día en que me quedase en el hotel viendo la tele, y eso no sucede. O buscase, entre los numerosos bares, alguno diferente donde pasar un rato, pero ceno siempre en el mismo. Así que estoy convencido de que el Cantábrico ejerce en mí un embrujo poderoso (no se me ocurre otra forma de llamarlo), que de manera automática, me presento con cualquier escusa en uno de sus miradores.
Planteándomelo así, en la siguiente visita podría hacer lo contrario y evitarle, no acudir a esa cita obligada y ver si soy capaz de romper su influencia. Pero sé que es una reacción absurda, el encuentro es totalmente interesado para mí, (ahora conozco el motivo) de allí me llevo su optimismo, me llevo su fuerza y a cambio le dejo algún que otro problema y alguna que otra neura.
No me extraña esa "dependencia" que confiesas por la bahía y costa de Santander.
ResponderEliminarCuando veo tus entradas, paso un buen rato contemplando las imágenes, tienen una magia especial, para mí que has conseguido una complicidad con el lugar.
¡Transmites toda la fuerza que tú mismo te llevas de allí! Te doy las gracias por compartirla.
Enhorabuena una vez más
Besos
Con esa belleza natural no me extraña el "enganche"; además la costa nunca está igual; el sol, atmósfera, el estado de la mar, el viento... son tantos los parámetros que cambian que cada día podrías hacer una foto distinta del mismo lugar.
ResponderEliminarFoto preciosa, tributo merecido a tal contemplación.
Saludos
Te entiendo perfectamente. ¡A mí me pasa algo parecido! Pero desgraciadamente no lo visito con frecuencia.
ResponderEliminarMe gusta esa foto.
Un abrazo.
¡Magnífica toma, Roberto! yo también tengo debilidad por Santander, aunque reconozco que toda la costa norte de nuestro país es una delicia. Recorrerla por la costa e ir descubriendo los pequeños pueblos de pescadores, los rompientes, las diferentes atalayas marítimas,...ay, que deje de llover!
ResponderEliminarUn saludo
El Cantábrico embruja sí... ¡qué te voy a decir que no sepas! yo estoy enganchada ;-). ¿Para qué quieres evitarlo? no luches contra la corriente, déjate llevar que seguro que el mar siempre te llevará a algo bueno. Ah, gure Kantauri! Besos. La foto es espectacular y ya veo que la costa cántabra no tiene secretos para ti ;-).
ResponderEliminarhola roberto, como siempre una foto que embruja es que, sin duda, el lugar es magico. me gusta la foto que cambiastes del blog, esos colores son de mis favoritos. bsos.
ResponderEliminarLa roca parece un muñón.
ResponderEliminarUn árbol y la persona a la que hay en una roca son interesantes.
El montón del fondo se infla la belleza.
Es una opinión de sanar un corazón.
un abrazo.
Que preciosidad!
ResponderEliminarQue espectacular paisaje!
Que bonita la foto!
Me gusta mucho del mar, de la playa, de las olas, del movimiento del agua, es impresionante y pasión.
Me da relajada, gracias, je je.
Enhorabuena!!!
Lo primero gracias por pasar por mi blog y comentar. Y segundo, que me he dado una vuelta por tu blog, y tienes unas fotografías de mucha calidad. Con tu permiso me pongo como un seguidor más de tu blog.
ResponderEliminarUn saludo.
yo creo que es una visita mucho mas sana, barata y agradable que la consulta del psiquiatra. esta bien dejarse alguna neura y recargar las baterias. no se me ocurre sitio mejor que éste para hacerlo y además en el mientras tanto, te trajiste una foto estupenda. abrazos
ResponderEliminarPreciosa composición. Yo soy de los que no pueden resistir asomarse al mar si sé que anda cerca. Un abrazo.
ResponderEliminarEsta foto es una maravilla, ¿te lo había dicho? no, creo que no...Creo que me llama mucho la atención por el tono tan dorado de la arena, por la compo, por la silueta del pescador...O porque me gusta tanto el Cantábrico como a ti :)
ResponderEliminarUn saludo!!