Iglesia del Monasterio de San Juan

Casi abruma la cantidad de monumentos que tiene Toledo, entre ermitas, mezquitas, torres, conventos, palacios... no queda otra opción que racionar los lugares que vistas y dejar para otras ocasiones el resto de la ciudad. No hay pies que puedan de un tirón con tantos siglos de historia, ni cabeza que lo asimile en una sesión. Estuvimos una tarde y el tiempo dio para lo que dio. Fuimos con la idea de dar un paseo relajado y sacrificamos a El Greco, el barrio judío, el Alcázar... como lugares destacados, pero no dejamos de entrar en la iglesia del monasterio de San Juan.

Encargada su construcción por los Reyes Católicos, hay numerosas evidencias en la decoración de su estilo y motivos conmemorativos de sus logros. Iba a ser el mausoleo real, aunque tras la conquista de Granada cambiaron de opinión. Sin duda, pensaron que Toledo era una buena opción, (antigua capital del reino cristiano visigodo) pero les encandiló quedarse para siempre en el corazón de la última ciudad conquistada a los musulmanes.

Entramos en ella mientras preparaban el interior de la iglesia para la celebración de una boda y aunque estaba muy bien decorada, no pude fotografiar sin tener en medio a demasiados turistas que, como yo, deambulábamos por toda la planta. Quizá con un poco más de tiempo, hubiese encontrado ese "instante decisivo" en que cada uno de los visitantes aportasen fuerza dentro de la composición. No encontré el momento y otros monumentos nos esperaban, así que opté por disparar hacia la parte alta de la cabecera, salvando a las visitas e incluyendo el cimborrio de la nave.