Petra visita la costa


Llevo ya varias semanas sin actualizar el blog con una entrada nueva. Sin quererlo ni planificarlo he dejado pasar los días, y es que a veces viene bien un pequeño parón a modo de descanso. De paso, he puesto algunas ideas en orden, porque llevaba ya algún tiempo con la sensación de publicar sin una línea clara.

Por supuesto que durante este tiempo he continuado sacando fotos, también he devorado unas cuantas novelas históricas, el ensayo de José Antonio Marina "El laberinto Sentimental" que llevaba tiempo esperando en la estantería. Hemos viajado, estuvimos con la familia en semana santa y también nos escapamos unos días a Italia, así que, ya me apetecía volver a retomar esta buena actividad con una nueva entrada.

Lo que tengo claro es que, con el trajín del trabajo en el día a día, no puedo mantener un ritmo de publicación intenso y regular. Por supuesto, nada de una foto al día (que alguna vez me pasó por la cabeza) ni siquiera dos fotos cada semana (que intentaba mantener). He llegado a la conclusión de que publicaré cuando pueda, -que no será muy frecuente- y no obligarme a mantener un ritmo fijo. Más que motivarme, últimamente me agotaba.

Quiero dar otro aire a este blog, y ver si puedo integrarlo con la web, que por cierto, estoy modificando la página con otro diseño y nuevas fotos. Espero tenerlo pronto preparado, aprovecharé para ello estos días de "mal" tiempo del puente de mayo.

Esta foto que publico hoy pertenece a la costa cántabra, en la semana de la visita de "Petra", la ciclogénesis explosiva que pasó rapidita por el país. Quería encontrar un lugar en la costa, un acantilado que no fuera una zona urbanizada de paseo marítimo. Gracias a ver y seguir a un pescador que se metía entre las vallas de unas casas de campo, pude dar con este rincón.